Ayuda farmacológica contra la obesidad
Cuando hablamos de Obesidad, nos referimos a un incremento exagerado en el peso. Es cierto que la base fundamental para el equilibrio en el peso es una alimentación adecuada acompañada de actividad física: moverse más y comer menos es lo que muchos profesionales de la salud recomiendan. Pero la verdad es que en muchas ocasiones hay factores externos que determinan o alteran este equilibrio y la ayuda con medicamentos trae efectos beneficiosos que pueden potenciar la pérdida de peso.
Es importante buscar orientación médica para saber si eres candidato o no a recibir tratamiento farmacológico. Son pocas las alternativas farmacológicas que se encuentran disponibles para el paciente con obesidad. Estos medicamentos tienen un mecanismo de acción específico y no todas las personas con obesidad son candidatas a recibirlos, ya que existen contraindicaciones y complicaciones que deben ser alertadas y atendidas por el médico.
Medicamentos aprobados para combatir la obesidad en España
La agencia española de medicamentos y productos sanitarios (AEMPS) actualmente autoriza 4 fármacos para el tratamiento de la obesidad, la mayoría con indicación en pacientes con IMC > 30 kg/m² o a partir de > 27 kg/m² con comorbilidades.
Los medicamentos autorizados en España para el manejo de la obesidad son: Orlistat, Liraglutida, Bupropión/Naltrexona, Semaglutida en pacientes con diabetes tipo 2 y obesidad IMC >30 kg/m² y próximamente se comercializará en España Tirzepatida.
Orlistat
Orlistat tiene como mecanismo de acción inhibir la lipasa pancreática, que se encarga de desdoblar las grasas para que puedan absorberse, e inhibe la absorción de las grasas en un 30%. Al no recibir este porcentaje de grasa, el organismo comienza a utilizar la grasa de reserva, lo que conlleva una pérdida de peso. Los efectos adversos más frecuentes están relacionados con síntomas sobre el tracto gastrointestinal como diarrea, flatulencias, distensión abdominal entre otros. Está contraindicado en el embarazo y en patologías relacionadas con el aparato digestivo. Su administración es por vía oral y la prescripción se individualiza para cada paciente.
Liraglutida
Liraglutida es un análogo de las incretinas, agonista de los GLP1. Los GLP1 se liberan en respuesta a la ingesta de alimentos y tienen receptores en el hipotálamo y en el intestino donde aumentan la sensación de saciedad. Estos análogos regulan la homeostasis de la glucosa, estimulando la secreción de insulina. Dentro de los efectos adversos se incluyen náuseas, dolor abdominal, estreñimiento o diarrea. Está contraindicado en pacientes con cáncer de tiroides, NEM tipo 2, pancreatitis, embarazo y lactancia y pacientes > de 75 años debido a la falta de estudios en este grupo poblacional. Su administración es a través de una inyección subcutánea diaria y debe administrarse bajo prescripción médica.
Naltrexona/Bupropión
La combinación de Naltrexona/Bupropión está aceptada por su uso en la obesidad. Es un fármaco con efectos centrales que actúa a nivel del hipotálamo y estimula la saciedad mediante un mecanismo dual, activando la producción de pomc y melanocortina, bloqueando los receptores endorfinicos y el placer asociado a comer. Puede presentar efectos adversos gastrointestinales y alteración en el estado de ánimo. Aunque este medicamento está aprobado en España, se prescribe muy poco por parte de los profesionales médicos, ya que su acción central es poco tolerada por el paciente. Su escaso uso ha hecho que ya no esté disponible en farmacias.
Semaglutida
Semaglutida es un análogo de los GLP1 y solo está aprobada en España para pacientes con DM tipo 2 y obesidad. Se inyecta una vez a la semana. Aunque está solo aprobada para obesidad y diabetes, muy pronto se comercializará una presentación solo para obesidad. Sus efectos beneficiosos son similares a los de la liraglutida igual que sus efectos adversos.
Actualmente, en EE. UU. se está usando la Tirzepatida, un medicamento con acción dual: Agonista de los receptores GIP y análogo de GLP1, que permite un adecuado uso de la insulina por los tejidos periféricos. Disminuye la velocidad del vaciamiento gástrico y aumenta la saciedad por un período prolongado de tiempo. Por otro lado, mejora el acúmulo de grasa en el cuerpo. Estudios a un año de seguimiento han confirmado hasta un 21% de pérdida de peso.
Financiación y acceso
Actualmente, en España estos medicamentos no están cubiertos por la seguridad social y solamente se pueden indicar en pacientes con diabetes y obesidad. En los casos de solo obesidad, deben ser financiados por los mismos pacientes, ya que la obesidad no es considerada aún como enfermedad crónica ante el organismo sanitario, el cual solo da la opción pública de cirugía bariátrica en pacientes con IMC > 40 Kg/m².
Estrategias integrales para combatir la obesidad
No existe una fórmula milagrosa cuando hablamos de perder peso. Podemos usar alternativas que nos permitan acompañar al paciente con obesidad durante el proceso de adelgazamiento, con la finalidad de concienciar que no solo se trata de bajar de peso y hacer una dieta con límite de tiempo, sino aprender durante el proceso a distribuir cantidades, qué alimentos combinar, hacer actividad física constante e interiorizar estos cambios como plan de vida.
El tratamiento farmacológico no es la única solución: tenemos muchas herramientas para poder dirigir y orientar al paciente. Existen técnicas protocolizadas y efectivas como el BIE (Balón Intragástrico Endoscópico), el Método Apollo (Sleeve Endoscópico) y la Cirugía Bariátrica, todas ellas como acompañamiento y resolución en el proceso de adelgazar.
El verdadero reto es mantener en el tiempo el peso que se ha perdido. El paciente con obesidad siempre debe estar controlado permanentemente, ya que la obesidad es una enfermedad crónica. Por este motivo, es muy importante tener supervisión médica que oriente y dé pautas necesarias para acompañar a estas personas con obesidad en este largo camino. Es importante tener presente que no existen fórmulas mágicas que logren modificar el peso, sino que es la constancia y el apoyo de un equipo multidisciplinario especializado en el tema lo que es crucial para abordar todos los aspectos metabólicos, físicos y psicológicos. Integrando así los conocimientos para aportar los recursos necesarios al paciente con obesidad y poder conseguir esta anhelada equidad en el día a día.