Cuando los niveles de glucosa se encuentran entre 110-125 mg/dl hablamos de glucosa basal alterada (GBA) o prediabetes, es decir, los niveles no son correctos, pero tampoco patológicos.
La glucemia basal es el nivel de glucosa (azúcar en sangre) que tenemos por la mañana en ayunas. Los niveles normales de glucosa en sangre en ayunas en una persona sana están por debajo o son iguales a 110 mg/dl, y se considera diabetes cuando estos niveles están por encima de 125 mg/dl en dos pruebas distintas de medición de glucosa.
Los factores de riesgo no modificables para padecer GBA son:
- La edad. La prevalencia en las alteraciones de la glucosa aumenta en personas de edad más avanzada.
- Tener antecedentes familiares de Diabetes Mellitus tipo 2 (DM2).
- Haber padecido diabetes gestacional.
- Tener el síndrome de ovario poliquístico (SOP), ya que se ha asociado a alteraciones en la regulación de la glucosa.
Los factores de riesgo modificables para padecer GBA son:
- Tener sobrepeso u obesidad. La mayoría de los casos de GBA se pueden atribuir al peso. El riesgo de padecer glucosa basal alterada aumenta exponencialmente en personas con sobrepeso y más con obesidad. Una pérdida de sólo el 2-3% del peso ya supone una disminución de 20 mg/dl de glucosa en sangre en ayunas, por lo tanto, es muy importante que los pacientes con sobrepeso u obesidad realicen cambios en sus hábitos de vida para revertir la GBA o evitar padecerla en un futuro.
- El sedentarismo. La falta de ejercicio físico se asocia a un aumento de peso y por lo tanto a un mayor riesgo de padecer glucosa basal alterada. Por otra parte, hay estudios que reflejan que incluso en pacientes con normopeso pero con un estilo de vida sedentario, también aumenta el riesgo de padecer GBA o DM2.
- Malos hábitos alimentarios. El exceso de azúcares en la dieta, productos procesados y la falta de alimentos frescos y ricos en fibra.
- Tabaco.
Ante un diagnóstico de glucosa basal alterada es importante actuar modificando los hábitos de vida y de alimentación, en la mayoría de los casos es suficiente para revertir la situación y prevenir la diabetes en un futuro.
El tratamiento consiste en realizar modificaciones en la dieta para conseguir regular los niveles de azúcar y evitar los picos de azúcar en sangre. Para ello se debe limitar el consumo de alimentos ricos en azúcares y el exceso de carbohidratos en la dieta, ya que para absorberlos antes los digerimos transformándolos en azúcar.
Las recomendaciones dietéticas para la GBA son:
- Hacer cinco comidas al día y evitar picar entre horas. Intentar seguir un horario de comidas regular.
- Evitar azúcares libres, de absorción rápida: dulces, chocolates, refrescos azucarados, azúcar de mesa blanco o moreno, miel, mermeladas, zumos de frutas, harinas refinadas, galletas…
- Consumir los cereales en su forma integral: arroz, pasta, pan… y procurar que no sean la parte principal de la comida, es mejor consumirlos como guarnición ya que contienen carbohidratos.
- No abusar de la fruta ya que ésta contiene fructosa , que es un tipo de azúcar. Consumir 2 raciones de fruta al día. Evitar consumirla en forma de zumo, aunque sea natural, la absorción del azúcar que contiene será mucho más rápida que si consumimos la fruta entera.
- Evitar consumir alimentos con azúcares añadidos: tomar los yogures naturales y endulzarlos con edulcorante o canela, si se consumen bebidas vegetales escoger las versiones que indican que son sin azúcares añadidos…
- Incluir alimentos proteicos en todas las comidas principales , ya que estos no alteran los niveles de azúcar en sangre y aportan aminoácidos esenciales además de saciedad. Entre los alimentos proteicos encontramos las carnes blancas ( pollo, pavo, conejo, partes magras del cerdo), carnes rojas que se deben consumir como máximo una vez por semana ( ternera, buey…) pescados blancos, pescados azules que se deben consumir como mínimo 3 veces por semana y huevos que se pueden consumir una unidad al día.
- Consumir tanto en comida y cena una ración de vegetales. Los vegetales contienen carbohidratos, pero en menor cantidad que los cereales, además contienen una parte importante de fibra que ayuda a que la absorción de estos sea más lenta.
Además, es importante seguir un patrón de dieta mediterráneo para asegurar que la dieta sea completa y aporte todos los nutrientes necesarios.
Pero no solo es importante limitar la cantidad de carbohidratos y azúcares totales en la dieta, es primordial controlar el índice glucémico de los alimentos. El índice glucémico nos indica la rapidez con la que los azúcares de los alimentos son absorbidos y transportados al torrente sanguíneo. Los alimentos con un índice glucémico alto son aquellos que al consumirlos provocan un aumento muy rápido del azúcar en sangre, ya que los azúcares que contienen se absorben de manera muy rápida y los alimentos con un índice glucémico bajo son aquellos que se absorben de manera más lenta, independientemente de la cantidad total de carbohidrato que contenga el alimento.
Por ejemplo, 100g de arroz blanco y 100g de arroz integral contienen la misma cantidad de carbohidrato total , pero el arroz blanco, que tiene un índice glucémico alto, va a provocar un pico de glucosa mucho más elevado en sangre que la pasta integral que tiene un índice glucémico bajo.
Para conocer el índice glucémico de los alimentos existen tablas que los ordenan desde un índice glucémico alto(puntuación por encima de 70), medio (puntuación entre 45-70), hasta un índice glucémico bajo (puntuación por debajo de 45). Para consultar una de estas tablas se puede acceder al enlace de la fundación para la diabetes de novo nordisk.
Hay alimentos que nos ayudan a reducir el índice glucémico de los alimentos y regular la absorción de glucosa.
- Incluir un suplemento de canela después de las comidas ha demostrado que ayuda a mejorar a largo plazo los niveles de glucosa en ayunas y los niveles de glucosa postprandiales.
- Incluir 1 cucharada sopera de vinagre de manzana antes de cada comida ayuda a disminuir el índice glucémico de los alimentos y además aporta una mayor sensación de saciedad.
El deporte es igualmente importante que la alimentación para combatir la GBA. Se recomienda caminar a diario más de 10.000 pasos, y realizar 3-5 horas a la semana de actividad física aeróbica moderada o 75 minutos semanales de actividad física intensa.
Hay que tener en cuenta que la GBA es el paso previo a la DM2, la cual aumenta considerablemente el riesgo de padecer enfermedades cardíacas y de los vasos sanguíneos, daño en las terminaciones nerviosas, enfermedades renales, daño ocular, demencia, entre otras.
Por eso es recomendable acudir a los controles con el médico endocrino y recibir consejo dietético de un nutricionista para adaptar la dieta a cada caso y evitar que la condición de GBA empeore.