Una alergia alimentaria es una respuesta del sistema inmunológico a partir del contacto con un alérgeno (proteína de un alimento que de manera normal no produce ninguna reacción adversa), en cambio la intolerancia alimentaria afecta al metabolismo, pero no al sistema inmunológico del cuerpo.
Alergias alimentarias
Una alergia alimentaria es una reacción del organismo a la ingesta o contacto con algún alimento. La respuesta alérgica está mediada por el sistema inmunitario, que reacciona de manera equivocada y exagerada al contacto con un alérgeno reconociéndolo como si se tratase de un patógeno aunque en realidad no lo sea.
La mayoría de las alergias alimentarias se inician en la edad infantil.
Los síntomas de una reacción alérgica pueden ser locales, como inflamación de los párpados, labios, picor en la garganta y en la boca, erupciones cutáneas, cólicos, vómitos… o sistémicos como el shock anafiláctico (reacción alérgica grave que afecta a todo el organismo y puede ser potencialmente mortal)
Hay dos tipos de respuesta alérgica:
- La respuesta mediada por la inmunoglobulina E (IgE), que es un anticuerpo producido por el cuerpo. Los síntomas suelen aparecer inmediatamente después del contacto con el alérgeno.
- La respuesta no mediada por IgE. Cursa con sintomatología digestiva y los síntomas pueden tardar horas en aparecer.
Los factores de riesgo para que aparezca alergia alimentaria son:
- Genética
- Microbiota
- Una dieta baja en fibra y con poca variedad de alimentos de origen vegetal conlleva a que la microbiota esté peor preparada y que no se degraden correctamente los antígenos de los alimentos, pudiendo desencadenar una reacción alérgica.
- Nacimiento por cesárea. El parto natural favorece desde el nacimiento que haya más variedad en la microbiota ya que el bebe al pasar por el canal vaginal recibe las bacterias de la madre.
- Tratamientos con inhibidores de la bomba de protones que provocan que haya menos pepsina en el estómago y por lo tanto menos digestión proteica, lo que puede provocar sensibilización del sistema inmune y desencadenar una reacción alérgica.
- Aumento de la permeabilidad intestinal, que provoca que pasen más alérgenos a través de las paredes del intestino.
Las alergias alimentarias más frecuentes son:
Leche
Las proteínas que causan la alergia a la leche son la beta-lactoglobulina, las caseínas y la lactoalbúmina. La prevalencia de la alergia a la leche en España es del 2% y en el 80% de los casos se resuelve entre los 4 o 5 años de edad.
Huevo
Las proteínas del huevo que pueden producir alergia son: en la clara ovoalbúmina, conalbúmina, ovomucoide y lisozima y en la yema la livetina.
Es la alergia más frecuente en edad pediátrica en España. La incidencia es mayor en niños con dermatitis atópica o que tienen alergia a la proteína de la leche.
Los síntomas suelen ser urticaria, vómitos dolor abdominal y dificultad para respirar, en los casos más graves puede aparecer la anafilaxia. Los síntomas suelen aparecer en un periodo de tiempo inferior a las 2 horas, normalmente en los primeros 30 minutos.
En el 85% de los casos la alergia al huevo, se supera en la infancia, pudiendo consumirlo sin riesgo en la edad adulta.
Pescado, marisco y anisakis
La alergia al pescado suele iniciarse en el primer año de vida y afecta al 18% de los niños en España, la prevalencia en adultos es de un 12-14%.
Se dan casos de alergia a la proteína parvalbúmina del pescado, a la histamina que contienen y al Anisakis (parásito que se encuentra en el pescado fresco) y a las proteínas troposaminas del marisco. En la población española, el gallo es el pez que ocasiona más alergias, seguido de la merluza, el lenguado y el bacalao.
Frutos secos
La alergia a los frutos secos incluye alimentos oleaginosos como los cacahuetes, la avellana etc. Farináceos ricos en almidón como la castaña y semillas oleaginosas como pipas de girasol y sésamo. Las reacciones alérgicas a los frutos secos mediadas por IgE suelen ser graves y a menudo causa de anafilaxia.
Proteína LTP
La proteína LTP (Proteínas de Transferencia de Lípidos) se encuentra en frutas, verduras y frutos secos. Los pacientes con este tipo de alergia no deben evitar consumir todos los alimentos que contengan esta proteína, solo aquellos que desencadenan una reacción alérgica. El alergólogo será el responsable de indicar al paciente qué alimentos puede y no puede consumir.
Es importante que los pacientes con alergia a LTP eviten consumir los alimentos a los que son sensibles después de beber alcohol, hacer ejercicio o tomar antiinflamatorios no esteroideos (AINES) ya que son cofactores que pueden aumentar la respuesta inmunitaria y empeorar los síntomas de alergia.
Intolerancias alimentarias
Las intolerancias alimentarias ocurren cuando el sistema digestivo no puede descomponer adecuadamente los alimentos debido a la falta de enzimas digestivas o a otros factores. Cuando los alimentos no se digieren adecuadamente llegan al intestino grueso, donde son fermentados por las bacterias intestinales. Este proceso de fermentación puede provocar síntomas, como hinchazón, gases, diarrea y malestar abdominal.
Las intolerancias alimentarias pueden tener diferentes causas, como la falta de enzimas digestivas necesarias para descomponer ciertos componentes de los alimentos o alteraciones en la microbiota intestinal que pueden interferir con la digestión de ciertos alimentos y provocar intolerancias.
Existen varios tipos de intolerancias alimentarias:
Intolerancia a la lactosa
Aparece cuando el cuerpo no produce suficiente lactasa, la enzima necesaria para descomponer la lactosa, el azúcar presente en los productos lácteos. Los síntomas pueden incluir hinchazón, dolor abdominal y diarrea después de consumir lácteos. Los lácteos que más lactosa contienen son los de tipo fresco como la leche y los que menos lactosa contienen son los que están más fermentados como los yogures o los quesos secos.
Intolerancia al gluten
Es la incapacidad de digerir el gluten, una proteína presente en el trigo, la cebada y el centeno. Se debe diferenciar de la enfermedad celíaca que es una enfermedad autoinmune.
Intolerancia a la fructosa
Se caracteriza por la dificultad para metabolizar la fructosa, un azúcar presente en muchas frutas y alimentos procesados. Los síntomas pueden incluir dolor abdominal, diarrea y distensión abdominal. Las frutas con mayor contenido en fructosa son: uva, manzana, pera, cerezas, arándanos, plátano, mango, kiwi, higos, papaya, sandía y ciruelas.
Intolerancia al sorbitol
Es la dificultad para digerir y metabolizar el sorbitol, un tipo de alcohol de azúcar presente de forma natural en muchas frutas y también utilizado como edulcorante en alimentos y bebidas sin azúcar.
Ante la sospecha de cualquier reacción adversa tras la ingesta o contacto con algún alimento, se debe acudir a un profesional de la salud para obtener un diagnóstico. Una vez que el paciente está diagnosticado es importante acudir a un nutricionista para adaptar la dieta a su alergia o intolerancia, para que la dieta sea completa y equilibrada pese que se tengan que evitar cierto tipo de alimentos.
Cristina Colomer Puig