La tiroides es una glándula con forma de mariposa situada en la parte anterior del cuello, por encima del esternón. Con un tamaño muy pequeño (pesa sólo 20 gr.) es un órgano muy importante para la salud, ya que produce, almacena y libera las hormonas tiroideas que regulan múltiples funciones de nuestro organismo. La tiroides controla la eficiencia en el uso de la energía, la temperatura corporal y la frecuencia cardíaca, y es clave para el normal funcionamiento del cerebro, el corazón, los músculos y otros órganos.
Su importancia se inicia en la vida intrauterina: es fundamental para promover el desarrollo del sistema músculo-esquelético y el sistema nervioso central del feto, el crecimiento normal en la infancia, y la mayoría de las funciones biológicas en la edad adulta.
El exceso de hormonas tiroideas, conocido como hipertiroidismo, produce un aumento de la velocidad en las funciones de nuestro organismo. En cambio en el hipotiroidismo se produce una menor cantidad de hormonas y todas las células y los órganos del cuerpo funcionan más lentamente.
En general, los síntomas de disfunción tiroidea son inespecíficos, y aunque no revisten gravedad, alteran la calidad de vida. De este modo, cansancio, falta de concentración, caída de cabello, uñas quebradizas, nerviosismo, dificultades para bajar de peso, edemas, insomnio o falta de deseo sexual, pueden deberse a niveles inadecuados de estas hormonas.
Se estima que al menos el 5% de la población mundial sufre algún tipo de alteración funcional en la tiroides, y esta gran prevalencia ha favorecido la aparición de muchos mitos alrededor de esta glándula:
Las enfermedades tiroideas sólo afectan a las mujeres
Falso: Las alteraciones de la tiroides pueden afectar tanto a hombres como a mujeres. Si bien es cierto que tanto el hipotiroidismo como el hipertiroidismo son más frecuentes en la mujer, también puede afectar a los hombres.
Las alteraciones de la tiroides son más frecuentes en jóvenes
Falso: Las personas mayores de 40 años son las que tienen más riesgo de padecer hipotiroidismo. También las mujeres que acaban de tener un hijo, las personas con antecedentes familiares de hipotiroidismo, las que han sido tratadas de hipertiroidismo y las portadoras de otras enfermedades autoinmunes como diabetes, lupus, artritis reumatoide, anemia perniciosa o vitíligo.
El hipotiroidismo es el responsable de mi obesidad
Falso: Este es uno de los mitos más comunes y el mayor miedo de las mujeres que sufren hipotiroidismo. Es cierto que al producirse una disminución de actividad en el metabolismo de la mujer se puede manifestar un aumento de peso de hasta un 10% debido a retención de líquidos, y en menor medida, una mayor cantidad de grasa corporal, pero no tiene porqué asociarse a la obesidad.
Cuando el hipotiroidismo está correctamente tratado y se restaura la cantidad normal de hormona, unido a un estilo de vida saludable, lo previsible es que se recupere el peso previo al inicio de la enfermedad.
Las personas con enfermedades de la tiroides deben evitar algunos alimentos
Falso: Sólo los pacientes que van a recibir yodo radioactivo como tratamiento para alguna enfermedad tiroidea deben evitar el consumo de alimentos ricos en yodo. La sal fortificada, ciertos granos y cereales, leche y otros productos lácteos, pescados y mariscos y algas marinas, entre otros, son algunos de estos alimentos. Sin embargo, es importante destacar que ningún otro trastorno tiroideo necesita limitar el consumo de productos específicos.
También se debe tener en cuenta que algunos vegetales contienen sustancias que pueden bloquear la absorción y la utilización del yodo. Estas “sustancias bociógenas” se pueden encontrar en vegetales como la col, el repollo, la coliflor, las coles de Bruselas, el brócoli, los nabos, los rábanos, pero su efecto negativo para la tiroides desaparece con el calor por lo que se recomienda consumirlas cocinadas.
Asimismo, es falso que las personas con hipotiroidismo deben evitar el gluten. No existe evidencia científica que respalde esta afirmación. Las personas con hipotiroidismo que no padecen Enfermedad Celíaca no obtendrán beneficios al evitar el gluten y tendrán una dieta más pobre en fibras y vitamina B, beneficiosa para la salud.
Los nódulos de la tiroides son muy frecuentes
Verdad: Con el avance de la ecografía, la detección de nódulos tiroideos puede llegar al 50% de la población en algunas regiones. Esta técnica nos permite diagnosticar incluso nódulos de pequeño tamaño, aunque la mayoría de ellos no reviste ninguna importancia y la tasa de malignidad es muy baja.
Por otra parte, los nódulos tiroideos no suelen producir ningún tipo de síntoma y por lo tanto sólo pueden ser detectados a través de un control médico. Los síntomas únicamente aparecen cuando los nódulos han alcanzado un tamaño muy grande y afectan a órganos vecinos.
La clave radica en identificar qué tipo de nódulo tiene cada paciente para poder aconsejar el tratamiento más adecuado a cada caso.
La medicación para la tiroides debe mantenerse en el embarazo
Verdad: Si bien existe la tendencia a suspender o reducir alguna medicación cuando aparece el embarazo, el tratamiento del hipotiroidismo no sólo no debe suspenderse sino que en muchos casos se debe aumentar su dosis. Durante el período de gestación, la necesidad de hormona tiroidea aumenta hasta en un 40%. Por esta razón, se recomienda que las mujeres que desean el embarazo se hagan un examen previo de la glándula tiroidea. Asimismo, las mujeres con hipotiroidismo que queden embarazadas no deben suspender el tratamiento y deben controlar la dosis a lo largo de la gestación.
Las enfermedades tiroideas tienen una alta incidencia familiar
Verdad: Las estadísticas indican que la mayoría de los pacientes afectados tiene algún antecedente familiar de enfermedad tiroidea. Si bien no se hereda directamente cada alteración, sí se hereda la predisposición a desarrollarla. Esto es así tanto para los problemas funcionales como para la presencia de nódulos. Muchas veces detectamos problemas tiroideos en los padres luego de haberlos diagnosticado en sus hijos. Por tal motivo, aconsejamos chequear al grupo familiar cuando se detecta el problema en una persona determinada.
Se debe incluir el estudio tiroideo dentro de los controles periódicos de salud
Verdad: El chequeo tiroideo es necesario a pesar de “no sentir nada”
Los problemas funcionales de tiroides son comunes en la población general y sus manifestaciones son bastante inespecíficas y suelen confundirse con el desgaste de la vida cotidiana. La mayoría de los pacientes llegan al diagnóstico luego de consultar por otro motivo. Un especialista puede interpretar los síntomas y orientarlos hacia la tiroides, por lo que se recomienda incluir los estudios tiroideos en los controles habituales.
Es importante destacar que una vez que un paciente inicia el tratamiento adecuado para su problema tiroideo puede tener una muy buena calidad de vida. Las enfermedades de la tiroides producen síntomas de lo más diversos, desde los más extraños a los más comunes, por eso es necesario consultar al médico para poder hacer un diagnóstico preciso e iniciar un tratamiento precoz. Ante alguna sospecha lo aconsejable es pedir cita con el médico y salir de dudas.