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Influencia de la alimentación en el hipotiroidismo e hipertiroidismo

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Hipertiroidismo Hipotiroidismo

La alimentación en el hipotiroidismo e hipertiroidismo

El tiroides es una pequeña glándula situada en el cuello que produce hormonas con funciones muy importantes en el organismo que afectan al crecimiento y desarrollo del organismo, la temperatura corporal, el gasto de energía, metabolismo, etc. Para poder fabricarlas, la glándula, necesita incorporar el yodo de la dieta. Por ello, en condiciones normales, las personas sanas deben asegurarse de que ingieren suficiente yodo con la dieta. Por ejemplo, utilizando sal yodada para cocinar y tomando pescado unas 2-3 veces/semana.

Sin embargo, a veces, el tiroides produce menos hormonas de las que debería (situación de hipotiroidismo) o un exceso de las mismas (situación de hipertiroidismo). Típicamente, se han descrito algunos déficits de vitaminas y minerales (yodo, selenio, zinc, hierro y vitamina D) en las personas con problemas tiroideos, así como su frecuente asociación con algunas enfermedades autoinmunes como la celiaquía. Por ello, algunas personas se preguntan si tomar un suplemento de vitaminas o minerales o seguir una dieta exenta de gluten puede mejorar la salud tiroidea.

La evidencia científica, más reciente, nos indica lo siguiente:

Yodo

Como se ha comentado anteriormente, se necesita una adecuada cantidad de yodo para la correcta producción de hormona tiroidea. La ingesta diaria recomendada es de unos 150 mcg/d en adultos y durante el embarazo y la lactancia, se necesita una dosis mayor.

Fuentes dietéticas de yodo son: sal yodada*, pescados y mariscos. Las algas también son muy ricas en yodo, pero hay que vigilar su consumo porque pueden contener dosis altísimas de yodo que podría ser perjudicial e inducir una enfermedad del tiroides. En algunos países, los productos lácteos (como leche, yogur y queso) también están enriquecidos en yodo.

*La sal marina, la sal kosher, la sal del Himalaya y la flor de sal, no suelen estar yodadas (mirar siempre la etiqueta). Para mejor aprovechamiento del yodo, se aconseja añadir la sal yodada, al final de la cocción.

Selenio

El selenio es un potente antioxidante que se necesita en muy pequeñas cantidades (unos 55 mcg/d).

Fuentes dietéticas de selenio son: la carne, los huevos, el pescado y el marisco y también lo encontramos en los cereales y las semillas (su contenido, viene determinado, en gran parte por la cantidad de selenio que haya en el suelo de cultivo).

En mujeres europeas, se ha observado que los niveles bajos de selenio en sangre aumentan el riesgo de bocio tiroideo (aumento del tamaño de la glándula) y de nódulos tiroideos. Por otro lado, algunos estudios muestran que los suplementos de selenio mejoran la oftalmopatía tiroidea de la Enfermedad de Graves Basedow. Sin embargo, todavía no hay suficiente evidencia como para suplementar con selenio en todos estos casos y lo que se recomienda es pautar una dieta variada y equilibrada que incluya alimentos ricos en selenio.

Zinc

El zinc es un mineral que interviene en muchas reacciones del organismo, tiene funciones antioxidantes e influye en la respuesta inmune, crecimiento, cicatrización de las heridas y sentidos del gusto y olfato.

Fuentes dietéticas de zinc son: alimentos de origen animal como el marisco carnes rojas, huevos, lácteos y en menor medida en fuentes vegetales (derivados de la soja, legumbres, cereales, semillas y frutos secos).

Actualmente no se dispone de suficiente evidencia para recomendar suplementos de zinc para mejorar la salud del tiroides.

Vitamina D

Es una vitamina que además de influir en la salud ósea tiene muchos otros efectos beneficiosos sobre el sistema cardiovascular, inmunitario, etc. A nivel del sistema inmune, está descrita, la relación entre niveles bajos de vitamina D y la tiroiditis de Hashimoto, así como con la aparición de otras enfermedades autoinmunes.

Nuestro cuerpo es capaz de producir vitamina D de forma natural cuando tomamos directamente el sol y varios alimentos son ricos en esta vitamina (p.ej. pescado azul, aceite de hígado de bacalao, yema de huevo, setas). También la encontramos en forma de suplementos de vitamina D, pero la toma de suplementos debe siempre hacerse bajo prescripción y supervisión médica porque es una vitamina que se acumula y a dosis inadecuadas puede ser tóxica. Actualmente todavía no se dispone de suficiente evidencia científica como para recomendar su suplementación para prevenir las enfermedades de tiroides.

Dieta sin gluten

La enfermedad celíaca requiere seguir una dieta sin gluten, y es cierto que las personas que padecen tiroiditis de Hashimoto con más frecuencia (hasta 10 veces más respecto a población sana) padecen enfermedad celíaca. Eso no quiere decir que las personas con tiroiditis de Hashimoto deban seguir una dieta sin gluten. Simplemente, indica que en los pacientes con tiroiditis de Hashimoto con problemas nutricionales o síntomas propios de la enfermedad celíaca, debe descartarse que padecen celiaquía y sólo si se confirma, deberán seguir una dieta sin gluten. De la misma forma, en las personas con enfermedad celíaca, debe descartarse que sufran tiroiditis de Hashimoto.

Algunos alimentos (p.ej. crucíferas, maíz, semillas de mostaza, rábanos, etc.) tienen sustancias que dificultan la captación de yodo por el organismo. Afortunadamente estas sustancias antinutritivas se inactivan con el calor/cocción de los alimentos por lo que su consumo (incluso en personas con hipotiroidismo) no supone ningún problema. No obstante, debe evitarse su consumo en crudo si se padece hipotiroidismo y el consumo excesivo (en crudo) en personas sanas.

Mención aparte son los productos derivados de soja como leche de soja, salsa de soja, tofu, miso y los suplementos con isoflavonas de soja. Los estudios sugieren que un consumo excesivo de soja aumenta el riesgo de hipotiroidismo o incluso hace que se necesite aumentar la dosis de hormona tiroidea sustitutiva (levotiroxina) en un paciente con hipotiroidismo.

A modo de conclusión, en cualquier persona sana y especialmente cuando se padece una enfermedad del tiroides lo más importante es seguir una dieta saludable, variada, equilibrada y adaptada a las necesidades individuales. Recordar que a la hora de alimentarse son tan malos los excesos como los defectos y que el mayor beneficio viene siempre del equilibrio. Sólo se deben seguir dietas restrictivas o tomar suplementos nutricionales cuando el médico lo indica.

Si le han diagnosticado con hipotiroidismo y recibe tratamiento con hormona tiroidea sustitutiva (levotiroxina) debe tener en cuenta las siguientes consideraciones, ya que además de que esta hormona interacciona con múltiples alimentos y fármacos, diversas situaciones pueden afectar a su efecto final en el organismo. A continuación, vamos a describir las interacciones y situaciones más importantes a tener en cuenta:

Interacciones y situaciones a tener en cuenta

Coexistencia con otras enfermedades/situaciones especiales

La levotiroxina se absorbe, principalmente, en la primera parte del intestino donde el pH es más ácido. Por ello, muchas enfermedades digestivas (celiaquía, gastritis, intolerancia a la lactosa, reflujo gastroesofágico, infección por Helicobacter Pylori, enfermedad inflamatoria intestinal, etc.) y/o cirugías que afecten al estómago y/o a la primera parte del intestino, van a dificultar y/o afectar negativamente la absorción de la hormona.

Por otro lado, durante el embarazo, o si recibe algún tratamiento con estrógenos, es normal que aumenten las necesidades de levotiroxina.

En caso de embarazo o tratamiento con estrógenos, informe a su médico para que le ajuste la dosis.

También tener en cuenta, que algunas personas además de hipotiroidismo padecen otras enfermedades que precisan medicación para controlarse y como comentaremos más adelante, numerosos fármacos interfieren con la acción de la levotiroxina.

Interacciones con alimentos y suplementos nutricionales

Los alimentos interfieren en la absorción de la levotiroxina y por tanto afectan a su acción final si se toman conjuntamente con esta medicación para el hipotiroidismo.

Asimismo, la absorción de levotiroxina se afecta considerablemente si se toma junto suplementos de fibra, isoflavonas de soja preparados multivitamínicos o con suplementos de minerales que lleven calcio, hierro, cromo, o con fármacos que los contengan (p.ej. laxantes con magnesio, antiácidos que contengan aluminio, etc.). Estos preparados deben separarse un mínimo de 4 horas de la toma del fármaco.

Debe tomar la hormona sustitutiva en ayunas, a la dosis pautada por su médico, con AGUA, entre 30-60 minutos antes de desayunar* y sin otros fármacos o suplementos de vitaminas/minerales para evitar interacciones que llevarían a disminuir el efecto de la hormona en el organismo.

Interacciones con fármacos

Las interacciones de la levotiroxina con fármacos son numerosas y se producen a diversos niveles. Muchos medicamentos de uso habitual pueden afectar negativamente la acción de la levotiroxina si se toman conjuntamente.

Otro aspecto importante es que puede haber diferencias con las distintas formulaciones y marcas de levotiroxina y que en algunos casos el médico puede considerar oportuno que tome la medicación por la tarde/noche en vez de a primera hora de la mañana. Tome únicamente el preparado pautado por su médico y a la hora que éste le haya indicado.

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