Los azúcares de la dieta son una fuente de energía esencial para el funcionamiento de nuestro cuerpo. Sin embargo, no todos los azúcares son iguales y hay diferencias entre el azúcar intrínseco, el azúcar añadido, y los azúcares refinados.
El azúcar intrínseco se encuentra de manera natural en los alimentos como frutas, verduras, lácteos… Estos azúcares están unidos a la estructura de las células de los alimentos, lo que significa que se consumen en combinación con otros nutrientes como fibra, vitaminas y minerales. La absorción del azúcar intrínseco es gradual siempre y cuando los alimentos que lo contengan tengan fibra, lo que evita picos de azúcar en sangre.
Por otro lado, el azúcar añadido o libre se refiere al azúcar que se agrega a los alimentos y bebidas durante su procesamiento o preparación. Estos azúcares se encuentran en productos como refrescos, dulces, galletas, etc. El azúcar añadido no es saludable porque lleva a un aumento rápido de niveles de azúcar en sangre. Este tipo de azúcares libres no son interesantes a nivel nutricional porque el aporte calórico es vacío ya que carecen de vitaminas y minerales. Un exceso de azúcares añadidos es perjudicial para la salud porque pueden contribuir al desarrollo de problemas como la resistencia a la insulina y la diabetes tipo 2.
Los azúcares refinados son aquellos azúcares que han sido procesados y purificados para eliminar impurezas y compuestos no deseados. Estos azúcares suelen estar altamente procesados y despojados de nutrientes, fibras y minerales que se encuentran en su forma natural. Existen dos tipos principales de azúcares refinados: el azúcar blanco y el azúcar moreno.
Azúcar blanco: Pureza y procesamiento
El azúcar blanco se obtiene de la caña de azúcar o la remolacha azucarera. La principal característica del azúcar blanco es su apariencia pura y cristalina. Para obtener azúcar blanco, el azúcar natural se somete a un proceso de refinamiento que elimina impurezas y color. Este proceso incluye la molienda, el lavado y la purificación. El resultado es un azúcar de grano fino, con un color blanco brillante y un sabor dulce.
Azúcar moreno: Más nutrientes y menos procesamiento
El azúcar moreno es menos procesado y conserva algo de melaza, lo que le da su color marrón. El azúcar moreno puede provenir de la caña de azúcar o de la remolacha azucarera, al igual que el azúcar blanco. La principal diferencia radica en la cantidad de melaza que se retiene durante el procesamiento. El azúcar moreno no se somete al mismo nivel de refinamiento que el azúcar blanco, lo que significa que conserva algunos minerales y antioxidantes. No obstante la cantidad de estos nutrientes no son relevantes a nivel nutricional. El azúcar moreno también es menos dulce que el azúcar blanco.
Qué opción elegir
Ambos tipos de azúcar son fuentes de calorías vacías, lo que significa que proporcionan energía sin aportar otros nutrientes esenciales. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) su consumo no debería sobrepasar los 25 gr al día. Consumir más de esta cifra puede contribuir al sobrepeso, obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes y caries dental.
La Clave: Moderación
La clave del consumo de azúcar es la moderación. Tanto el azúcar blanco como el azúcar moreno deben consumirse con cuidado y en cantidades limitadas. Reducir la ingesta de azúcar en general es beneficioso para la salud.
Conclusión
Azúcar blanco y azúcar moreno son dos opciones de uso habitual cuando se trata de endulzar alimentos y bebidas. Aunque el azúcar moreno conserva algo de melaza y nutrientes en comparación con el azúcar blanco, la diferencia en términos de salud es mínima. En términos de precio, el azúcar blanco suele ser más económico que el azúcar moreno debido a su proceso de refinamiento más eficiente.
Recuerda que el azúcar, ya sea blanco o moreno, debe consumirse con precaución para mantener una dieta equilibrada y una buena salud.