Hablamos sobre cáncer de próstata y alimentación: ¿Qué alimentos nos protegen del cáncer de próstata?
El cáncer de próstata es el segundo cáncer más común en hombres, después del cáncer de pulmón. Cada vez hay más evidencia de que la alimentación juega un papel clave, tanto en la prevención, como durante el tratamiento.
Prevención del cáncer de próstata y alimentación
La evidencia científica sólida demuestra que como prevención es influyente llevar una dieta de estilo Mediterráneo, donde predominen las verduras, fruta fresca, legumbre, arroz, pan y pasta integrales. Consumir con moderación carne blanca (pollo, pavo o conejo), pescado blanco, pescado azul de 2 a 3 veces por semana y frutos secos a diario.
Además de la alimentación, se deben llevar unos hábitos de vida saludables. Evitar hábitos tóxicos como el tabaco o el alcohol son algunas de las estrategias para la prevención de numerosas enfermedades, entre ellas el cáncer. También es aconsejable mantener un peso corporal saludable según nuestra altura y edad.
Alimentación durante el tratamiento de cáncer de próstata
Aparte de la prevención, también se ha de llevar un plan de alimentación adecuado durante el tratamiento. Por ello, una vez diagnosticada la enfermedad, es importante tener en cuenta algunas recomendaciones dietéticas:
- Consumir mayoritariamente carne blanca, pescado blanco o azul y huevos como fuente de proteína. Limitar el consumo de carne roja (ternera, cordero y cerdo) a una vez por semana. Varios estudios publicados entre 2009 y 2011, describieron una asociación positiva entre la carne roja hecha o muy hecha con el cáncer de próstata.
- Priorizar el consumo de grasas saludables a partir del aceite de oliva virgen extra, aguacate, frutos secos o pescado azul. Limitar el consumo de margarinas, mantequillas, nata, etc.
- Evitar el consumo de azúcares simples (azúcar de mesa, miel, confituras, mermeladas, frutas en almíbar, zumos y refrescos, dulces, golosinas, harinas refinadas, cereales refinados y azucarados). Preferir alimentos integrales como el pan, la pasta o el arroz.
- Utilizar técnicas culinarias ligeras sin exceso de grasa, como por ejemplo: papillote, vapor, plancha, hervido, horno, microondas, salteado y evitar aquellas que requieran de mucha grasa.
- Hidratarse de manera adecuada. En alguna ocasión se puede sustituir el agua por infusiones o té verde.
- Evitar una dieta con alto contenido en sal. La sal está presente en numerosos productos procesados (embutidos, bacon, pescados ahumados, encurtidos, conservas, galletas,…) aunque no la veamos.
- Incrementar el consumo de alimentos ricos en antioxidantes de la dieta. Sobretodo, verduras de la familia de las crucíferas (brócoli, coles, coliflor, coles de Bruselas…), tomate, frutos rojos (arándanos, frambuesas, moras, fresas…), granada o zumo de granada, etc. Para obtener más beneficios del poder antioxidante, se puede añadir cúrcuma o jengibre en las preparaciones, ya que cuentan con propiedades antiinflamatorias. Para absorber mejor la curcumina, componente de la cúrcuma con más capacidad antiinflamatoria, es necesario que vaya acompañada de pimienta negra o grasas saludables como el aceite de oliva o el aguacate.
Respecto a la suplementación de la dieta, se aconseja descartar suplementos de selenio y vitamina A ya que la evidencia científica no apoya esta práctica de forma sistemática. Tomar suplementos de vitamina D cuando haya un déficit de ésta y el médico lo indique. Todavía no hay evidencia científica sólida para recomendar soja y productos derivados de ella. También están en estudio los posibles beneficios de tomar pre- o probióticos en el cáncer de próstata.
Si usted quiere prevenir o cuidar su alimentación durante el tratamiento para el cáncer, no dude en acudir a un dietista-nutricionista para que le ayude con su plan de alimentación. En Clínica Servidigest contamos con profesionales de la nutrición que les darán las herramientas necesarias.