En los últimos años ha habido un auge en el seguimiento de dietas bajas en histamina por un posible déficit de la enzima DAO. A fecha de hoy podemos afirmar que no hay suficiente evidencia para recomendar dietas bajas en histamina de forma sistemática. Aun así, cada vez se van haciendo mayor número de estudios y es probable que en el futuro podamos aportar datos más fiables. Es importante destacar dos factores que generan mucha confusión en este sentido. Por un lado, es difícil disponer de valores fiables del contenido de histamina en los alimentos y por otro, el diagnóstico de déficit de enzima DAO no está bien definido.
Teniendo en cuenta todo esto, vamos a resolver a continuación algunas dudas que se generan en el seguimiento de estas dietas para valorar también su utilidad y seguridad.
¿Qué es la histamina?
Químicamente la histamina es una amina biógena que se ha estudiado sobre todo como mediador en las reacciones alérgicas. En el organismo se conocen múltiples efectos mediados por la histamina, más allá de los relacionados con el sistema inmunitario, ya que se secreta histamina en una gran variedad de tejidos corporales (células musculares, digestivas, del sistema nervioso, glándulas suprarrenales, corazón, etc.). También se produce una síntesis de histamina por parte de la microbiota intestinal a partir de proteínas en el intestino.
Además de la histamina que nosotros generamos, tenemos también otra fuente de histamina en el organismo, la que procede de los alimentos, los cuales al ser ingeridos hacen que aumente la cantidad de histamina en el organismo. Destacan por su contenido en histamina los alimentos proteicos que sufren una rápida degradación como el pescado y el marisco, aunque también se encuentra en algunas verduras y en los alimentos procesados, conservados y fermentados (como el queso).
Así podemos definir dos fuentes de histamina: la endógena, que es la que producimos nosotros, y la exógena, que es la que nos viene de la dieta.
¿Se puede tener intolerancia a la histamina?
La respuesta es que sí. Efectivamente se puede tener intolerancia a la histamina y esta puede tener sus efectos en el organismo. La intolerancia a la histamina se produce por un acúmulo crónico de histamina en el organismo, debido a una incapacidad para metabolizar, es decir, eliminar, la histamina que se ingiere con la dieta.
El motivo de que esto suceda es que algunas de las vías de eliminación de la histamina, ya sea la hepática o la intestinal, no están funcionando perfectamente. Entre las posibles causas destaca el déficit de funcionamiento de la enzima DAO, una de las principales rutas de eliminación con la que contamos.
Se considera que los motivos principales por los que la actividad de la DAO se ve reducida son por factores genéticos, por el consumo de sustancias que reducen la actividad de esta enzima, básicamente algunos fármacos y el alcohol, o por procesos que cursen con inflamación del intestino, como puede ser el sobrecrecimiento bacteriano o las enfermedades inflamatorias intestinales, entre otros.
¿Qué puedo notar si tengo intolerancia a la histamina?
Los síntomas más habituales que se relacionan con este acúmulo crónico de histamina en el organismo son bastante inespecíficos y pueden ir desde reacciones cutáneas, a cefaleas, rinorrea, alteraciones de la tensión arterial o molestias digestivas como diarrea, vómito y dolor abdominal. Al tratarse de una sintomatología tan variada resulta difícil asociarla con la histamina, lo que acostumbra a retrasar el diagnóstico.
En el caso que el acúmulo de histamina fuera mayor (habitualmente debido al consumo de pescados) y no crónico, se desencadenarían reacciones alérgicas que habitualmente requieren de tratamiento con fármacos antihistamínicos.
Los alergólogos, digestólogos y neurólogos son los especialistas que más consultas pueden recibir por este tema debido a que la sintomatología se muestra en sus áreas de estudio.
¿Cómo se hace el diagnóstico de la intolerancia a la histamina?
Este es, sin duda, el punto más controvertido en este tema. Realmente disponemos de poca bibliografía que confirme cómo hacer un diagnóstico fiable. Debemos tener en cuenta que los niveles de tolerancia de histamina en cada persona pueden ser diferentes, a la vez que estamos analizando una sustancia que de forma natural está presente tanto en el organismo como en una gran variedad de alimentos.
Hay un cierto consenso en considerar que para determinar que hay intolerancia a la histamina se deben presentar por lo menos dos síntomas típicos de la intolerancia a la histamina (aunque algunos de ellos son muy inespecíficos), además de una mejoría al iniciar una dieta baja en histamina, lo que nos daría una orientación de cómo le afecta la histamina a cada persona. Paralelamente se deberían descartar alergias alimentarias específicas mediante un estudio con un alergólogo.
Algunos autores han propuesto pruebas algo más invasivas para determinar esta intolerancia ya sea con provocación oral, o mediante test cutáneos, estudio de histamina en las heces, estudios genéticos o análisis de la actividad enzimática intestinal.
Aunque no haya un claro acuerdo entre la comunidad científica, se ha propuesto también otra forma para estudiar la intolerancia a la histamina. Se trata de analizar la enzima DAO en sangre. Los valores obtenidos reflejan de forma indirecta la actividad de la enzima DAO a nivel intestinal, por lo que se determina que si se obtienen valores de actividad de la DAO por debajo de 3kU/L es muy probable que haya intolerancia a la histamina, en valores comprendidos entre 3kU/L y 10kU/L será probable que haya intolerancia a la histamina, y en valores de actividad por encima de 10kU/L es muy improbable que haya intolerancia.
Es importante entender bien estos datos y contextualizarlos ya que por un lado se habla de probabilidad de intolerancia a la histamina y por otro lado esto dependerá también del consumo que la persona haga de histamina en la dieta.
¿Qué tengo que hacer en caso de tener intolerancia a la histamina?
Cuando nos encontramos con un cuadro de intolerancia a la histamina la dieta que se debe indicar es una dieta con bajo contenido de histamina, a la vez que se puede valorar la administración de suplementos de la enzima DAO. La administración de suplementos de enzima DAO puede resultar controvertido ya que se hace difícil ajustar bien las dosis y no hay un claro consenso acerca del tiempo que se deberían administrar.
Otra estrategia a tener en cuenta es valorar si se puede y debe modificar algún otro tratamiento farmacológico que la persona esté siguiendo y que pueda interaccionar con la enzima reduciendo su actividad. Esta estrategia se debería reservar para casos en los que la sintomatología fuera realmente importante ya que la actividad de la enzima DAO se puede ver afectada por una gran variedad de fármacos de amplio uso.
Lo que sí que estaría totalmente justificado es eliminar el alcohol, ya que está completamente aceptado que su consumo reduce la actividad de la enzima DAO.
¿Es seguro seguir una dieta baja en histamina?
En primer lugar, se debe entender que con una dieta baja en histamina no estamos pretendiendo que no se ingiera absolutamente nada de histamina, sino que se consuma menos histamina de la habitual. Seguir una dieta baja en histamina es relativamente fácil de llevar a cabo y no supone ningún riesgo para la salud ya que elimina alimentos que no son de primera necesidad.
En segundo lugar, deberíamos tener en cuenta que muchas veces no es necesario seguir una dieta estricta baja en histamina, sino que se puede hacer una valoración de la dieta que sigue la persona y partiendo de aquí eliminar las principales fuentes de histamina, como podrían ser las conservas o el queso. Es habitual encontrarse con personas que hacen un consumo muy elevado de histamina por la elección de alimentos que hacen. En estos casos solo modificando ligeramente la dieta ya podemos conseguir unos buenos resultados.
¿En qué consiste una dieta baja en histamina?
Llegados a este punto nos encontraremos con otro factor que no es fácil de definir. La histamina está presente de forma natural en algunos alimentos, pero también se genera en los alimentos a medida que estos maduran, se procesan, se conservan o en algunos casos se degradan. Para poner un ejemplo para entender esto nos referiremos los quesos. Así como el queso fresco tiene un contenido bajo en histamina, cuando este queso madura, se fermenta, se concentra y evoluciona en su proceso de secado, van aumentando de forma importante los niveles de histamina, de tal forma que los quesos curados son unos de los alimentos con niveles más elevados en histamina.
Teniendo en cuenta este aspecto, la principal recomendación para seguir una dieta baja en histamina es consumir productos frescos, poco procesados y que no estén conservados.
Otro punto a tener en cuenta es que hay algunos alimentos que de forma natural no contienen histamina pero que interfieren en su metabolismo. Es el ejemplo de los cítricos, que favorecen la liberación de histamina, o el alcohol que inhibe la actividad de la enzima DAO.
Integrando todos estos factores, a continuación, se detallan los principales alimentos a evitar para lograr una dieta baja en histamina
- Vegetales: consumir todos los vegetales frescos. Evitar las verduras en conserva, envasadas y preparadas. Evitar también el tomate, la berenjena y las espinacas.
- Frutas: consumir las frutas frescas. Evitar los zumos, conservas, postres de frutas y cualquier preparación que tenga fruta procesada. También evitar los cítricos en general, los kiwis, la piña, el aguacate y las fresas.
- Alimentos proteicos: Evitar las conservas de todo tipo (embutidos, ahumados, carnes procesadas, platos preparados de carne, etc.). Evitar también el consumo de conservas de pescado (atún, caballa, sardinas…) así como el pescado azul y el marisco en general. El huevo y las legumbres se puede consumir con moderación.
- Cereales y tubérculos: se pueden consumir todos (arroz, pasta, patata, maíz, etc.).
- Lácteos: se puede consumir la leche, el yogur y el queso fresco. Evitar los quesos curados, secos y fermentados.
- Grasas: se pueden consumir todos los aceites. Evitar los frutos secos en general.
- Hidratación: Agua como bebida principal. Evitar especialmente el alcohol. Se pueden consumir infusiones y café.
- Otros: evitar todos los productos procesados, snacks, salsas (de soja, de tomate, mostaza…) así como el vinagre y el limón. Se pueden utilizar especies. Evitar de forma especial los productos fermentados.
Nuestro mensaje
- Seguir una dieta baja en histamina es seguro y puede ayudar a mejorar algunos síntomas como el dolor de cabeza, migrañas y dolor abdominal. Cabe destacar que en esta dieta se eliminan alimentos de alto valor nutricional como los frutos secos, así que sólo se debe empezar esta dieta si está justificado hacerlo.
- Los alimentos más elevados en histamina son los productos procesados, conservas y alimentos fermentados como el queso, embutidos, chucrut. Es muy probable que, eliminando estos alimentos, y sin la necesidad de seguir toda la dieta baja en histamina, ya haya una mejora de los síntomas. Si ya encontramos mejora clínica eliminando estos productos, se puede probar de consumir frutos secos y algunos cítricos. Probablemente si lo hacemos con moderación conseguiremos controlar los síntomas a la vez que haremos una dieta mucho más saludable.
- Por ahora no está justificada la suplementación con enzima DAO, aunque en principio tampoco habría ningún problema por tomarla.