Recomendaciones para el paciente con Síndrome del Intestino Irritable
El síndrome del intestino irritable también se conoce con el nombre de colon irritable o colon espástico.
No es fácil determinar la incidencia de este síndrome pero se estima que puede llegar a ser del 12% en población general. Antes de determinar su diagnóstico hay que descartar otras patologías que pueden hacer presentar sintomatología similar.
¿Qué es el síndrome del intestino irritable?
El síndrome del intestino irritable es una afectación funcional crónica que afecta al tracto gastrointestinal y se manifiesta con dolor abdominal, distensión abdominal, meteorismo, alteración en el ritmo intestinal y la consistencia de las deposiciones alternando periodos de diarreas y estreñimiento.
¿Qué causa el colon irritable?
No hay un factor causante pero el estrés, las infecciones intestinales, los antibióticos y la malabsorción de algunos hidratos de carbono simples podrían ser factores desencadenantes de las manifestaciones.
Tipos de SII
Hay cuatro subtipos en función de la presentación que haga en cada paciente:
- Con predominio de diarreas.
- Con predominio de estreñimiento.
- Hábito intestinal mixto (diarreas/estreñimiento).
- Sin clasificar.
Colon irritable: Recomendaciones generales
Se pueden obtener beneficios adquiriendo hábitos saludables como realizar actividad física de manera regular, siendo suficiente con 3 sesiones de ejercicio de moderado a intenso a la semana.
Reducir o aprender a gestionar los niveles de estrés puede moderar los síntomas digestivos.
Llevar un patrón de descanso y tener un sueño reparador puede aligerar la sintomatología del colon irritable.
Recomendaciones dietéticas sobre el síndrome del intestino irritable
Cambios en la alimentación pueden ayudar pero no hay una dieta específica porque este síndrome es diferente en cada persona.
Algunas de las recomendaciones dietéticas son:
- Fraccionar la dieta, para ingerir pequeñas cantidades en cada ingesta a lo largo del día. Es importante establecer un patrón regular de ingestas.
- Comer conscientemente, en un entorno agradable y tranquilo y masticar bien los alimentos. Evitar distracciones como la televisión, ordenador, tablet o móvil.
- Beber líquidos regularmente para garantizar una buena hidratación. Es recomendable beber agua, infusiones, caldos o té rooibos. Evitar zumos de frutas, bebidas azucaradas, cafeinadas o con gas y alcohólicas.
- Adaptar el consumo de fibra de la dieta en función del patrón en que se presente la afectación. Una estrategia puede ser potenciar el consumo de fibra soluble de la dieta (frutas, verduras, frutos secos, legumbres o membrillo) y moderar el consumo de fibra insoluble presente en alimentos integrales para evitar más desequilibrios en el tránsito intestinal. En el caso de las personas con síndrome del intestino irritable con predominio de estreñimiento puede ser útil incluir semillas de lino.
- Evitar alimentos estimulantes como el té, café, refrescos o cacao y eliminar alimentos y/o especias picantes.
- Reducir el consumo de alimentos flatulentos (col, coles de Bruselas, brócoli, coliflor, cebolla, alcachofa…). Consumir, en función de la tolerancia, legumbres trituradas y pasadas por el pasapurés.
- Preferir verduras cocidas, en cremas o purés, y consumir según la tolerancia ensaladas y verduras crudas cortadas en pequeños trozos.
- Utilizar cocciones suaves: al vapor, al horno, al calor, papillote, salteado o cocido, evitando aquellas cocciones con mucha grasa.
Dieta FODMAP y colon irritable
Como segunda línea en el tratamiento dietético del síndrome del intestino irritable, una de las opciones que se ha visto que puede mejorar la sintomatología es la dieta baja en FODMAPs (oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y poleos fermentables) por sus siglas en inglés. Esta consiste en reducir azúcares y poleos fermetables de la dieta durante 4-6 semanas y después ir reintroduciendo progresivamente, con el seguimiento de un dietista-nutricionista para valorar el nivel de tolerancia.
También, como segunda línea en el tratamiento, se ha demostrado que puede ser útil el uso de probióticos, como mínimo, durante 4 semanas. En cada caso se estudiará qué cepas y qué dosis son más adecuadas en función de la sintomatología.
Dietas de eliminación para tratar el síndrome del intestino irritable
Si con las intervenciones anteriores no es suficiente para reducir la sintomatología, como tercera línea de tratamiento dietético, se pasaría a hacer dietas de eliminación o empíricas.
Suele ser un proceso largo y puede llegar a pasar entre 3 y 4 meses para completar una dieta de este tipo incluyendo el tiempo de reintroducción.
Si al eliminar los alimentos que sospechamos que pueden dar síntomas y durante 2-4 semanas no mejoran los síntomas, los alimentos que sospechábamos no son los causantes. Puede ser necesario eliminar otros alimentos. Si los síntomas mejoran y se empieza la fase de reintroducción, se tiene que dejar como mínimo 48 horas entre alimentos introducidos.
Si un alimento nos produce sintomatología, tenemos que esperar a que se resuelvan estos síntomas para probar otro alimento diferente. La reintroducción se hará tan rápido como sea posible para evitar déficits nutricionales.
Tratamiento del síndrome del intestino irritable
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